4 de mayo de 2014

RECUERDO DE UNA FLAMA CAUTIVA


Por Roberto Marav 


Mano con vela
Javier Arizabalo
Queda, permanece en la oscuridad
la figura aurea que antes fue
danza, pasión y aire. 

Yace impalpable cual asunto erótico
en la reverberación del aliento desairado. 

Gira mi cabeza empecinada
en una ascendencia que no llega,
retorna y renace alucinada. 

Como la mariposa que vuela hacia la flama
para consumarse en el ardor que tanto anhela,
mi corazón avanza y se abate contra la imagen ciega. 

La llama insiste en su luciente presencia:
faro-destino, sujeto al ardor del pensamiento. 

Cuando al fin llegue he de encontrar silencio,
soledad y un emblema:
la desdicha de la muerte inacabada.
 

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