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7 de diciembre de 2014
HISTORIA PARCA
Por Berto Naviera
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Saturno devorando a su hijo Francisco de Goya |
Había una vez, en una tierra muy muy lejana, un
pequeño país, hermoso y agradable, pero que se sentía cada vez más mal. Este
bello país había sido infectado por minúsculos bichos que, no por minúsculos,
dejaban de ser peligrosos. El pequeño y noble país entonces se sentía molesto e
inflamado, algo en su interior no estaba bien y con el tiempo se iba sintiendo
más y más indigesto. Sus tripitas le dolían y hacían ruidos raros que aquel
pequeño país no llegaba a justificar. ¡La había estado pasando tan bien!
Lo que realmente pasaba es que dentro de las tripitas
de aquel pequeño y bello país habían ido creciendo unos minúsculos bichos malvados:
unos azules, otros amarillos, los más abundantes que eran de color rojo y los
peores, porque se juntaban con cualquiera de los anteriores y causaban mayores
destrozos, que —paradójicamente— eran de color verde.
2 de diciembre de 2014
EL ÚLTIMO DÍA
Por Víctor Alvarado
A Braulio Gutiérrez, por su inagotable caridad
La timidité a été le fléau de ma vie
Michel de Montaigne
I
Para mis camaradas:
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Celda individual Vann Nath |
La única ventaja de permanecer en cuclillas en una celda tan reducida,
digamos de un metro cuadrado, es poder descansar por momentos hacia los
costados. Para ponerte de pie te das tus mañas, sólo debes mantener la cabeza
gacha para no pegar con la reja del techo; al mismo tiempo, debes atorarte con
las manos de una ranura del yeso de los muros. Luego vuelves a sentarte en el
piso, procuras no permanecer tanto tiempo en la misma posición, no por los
calambres en piernas y pantorrillas sino por la angustiosa desesperación que te
causan las visitas. Aquí, debes estar alerta.
25 de noviembre de 2014
EN LA OSCURIDAD
Por Iván Dompablo
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Al acecho Gabriela Batista |
Otra
vez tarde… Mientras tiras las prendas sobre el piso percibes el olor del
tabaco. Para mí, a pesar de este maldito vicio, tu aroma es distinguible, la
habitación se ha llenado de él. Como tus pupilas aún no se adaptan a la
oscuridad tratas de guiar los pasos con el ascua del cigarrillo que abandoné en
cuanto entraste semidesnuda, solo unas bragas blancas te cubren ligeramente el
sexo, cálido, líquido y palpitante en que me pierdo todas las noches.
12 de noviembre de 2014
DUERME
Por Sofía Mares
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Despierta... Mario Sánchez M. |
¡Despierta¡ No
puedes dormir aún. Lo sé, estás confundida, asombrada, asustada.
Ahora entiendes
lo que significa sentir un hueco en las entrañas. Señal inequívoca de que jamás
volverás a escuchar, ver o sentir a ese hombre tan amado que, sin embargo, no
formaba parte de tu realidad. No me veas así, es verdad. Él era parte de tus
fantasías. Pertenecía a su propia realidad, esa que tú solo podías contemplar a
distancia. Ahora ya tampoco tienes eso.
¿Sabes qué pasó
con Jaime? Lo último que supiste fue que lo habían operado; estabas preocupada
por él. No temas, todo salió bien, solo era un tumorcillo inofensivo, pudieron
extraerlo y ahora tu primo se está recuperando. ¡Claro que no lo reconocías!
fueron más de veinte años que dejaste de verlo, pero siempre insistes en
construir el apego a la familia, en crear sentimientos de la nada.
9 de noviembre de 2014
ANTES
Por César Abraham Vega
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Viejo con habano Rolando Espinoza Espíndola |
—Apá, Apá…
levántese ya.
—¿Uhg? ¡Ah! No…
no quiero Martha, ¡no quiero!
—Ándele, papá,
se nos va a hacer tarde; nada más lo cambio y se va para abajo a desayunar.
Mientras yo me baño rapidito y alisto para irnos ya; ya ve que si nos tardamos
las fichas se acaban. Ándele, papá, no sea malito levánteseme ya.
—¡Carajo,
Martha! Ya deja… deja, yo me cambio solo… ya.
—Pero, papá, se
vaya usted a ca…
—¡Qué tu puta
madre! ¡No soy un escuincle, Martha, ¡déjame ya! ¡Yo sé vestirme!... ¡Ya métete
a bañar! ¡Ya yo me encargo! ¡Chingá!
6 de noviembre de 2014
UN CAMINO U OTRO
Por Antonio Rangel Reyes
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Ana Manuel López Estévez |
Con la mirada
fija en la ventanilla del taxi, Ana viajaba incómoda por la música que el
taxista traía puesta y porque el paisaje de negocios y casas que alcanzaba a
ver le parecía desagradable.
—A la izquierda por
favor.
—No se puede,
señorita; es sentido contrario.
Era verdad, las
calles habían cambiado de sentido desde que ella estuvo la anterior vez. Entonces
Ana le pidió al hombre que se detuviera en la esquina. Quería caminar el trecho
que faltaba para reencontrar la casa en la que había vivido diez años atrás.
21 de octubre de 2014
CINCO LÍNEAS
Por Víctor Alvarado
Con
este, es el quinto intento de escribir unas buenas líneas, dame dos o tres
minutos y tal vez lo logre.
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Amantes II César Carranza |
No
sé cómo, cariño. Tal vez intentando el gastado truco de imaginarme caballero y
estar con tantas mujeres en quienes inspirarme y traer a una de ellas a mi
rinconcito y esperar el golpe de las olas del pensamiento y los inquietos
deseos que afloran para, de repente, como súbita erupción, explotar en cientos
y miles de chispas plagadas de sueños pastel sobre el lienzo no amarillo de la
espera, sino blanco de esperanza, superblanco; como si fuese a escribir música.
Como era antes, cuando escribía memorablemente todo.
17 de octubre de 2014
VÉRTIGO
Por Iván Dompablo
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Vértigo Juan Carlos Palafox Basurto |
Muerto
en vida y resucitado bajo el influjo de la blanca luna había cifrado en un beso
todo su deseo, todas sus esperanzas.
—Cierras
los ojos al besar— había preguntado él.
—¿Tú
no?—había sido la respuesta, quizá algo desencantada, de ella.
Sus
ojos lo turbaban y a la vez lo seducían, era como contemplar los vestigios del
nacimiento del universo, millones de galaxias ahí dentro lo hacían sentirse el
ser más insignificante del cosmos, un puntito vano y sin sentido. Pero el
abismo lo citaba, además —y esto era lo más importante, lo que le daba
esperanzas— estaba seguro de que en sus labios encontraría la respuesta a su
existencia, boca de Krishna pensaba al mirarla, seguro de que en ella se
concentraba el universo, en los ojos solo permanecían los ecos del momento
inicial, pero su boca era la totalidad, la culminación, el punto del cual
asirse ante la caída que provocaba su mirada.
Solo
una vez había sentido su labio, un simple roce con la punta de su dedo y una
quemadura, una llaga ardiente y suave seguía latiendo en él.
No
bastaba, el deseo no sabe resignarse. A su lado y en un momento de debilidad la
tomo por la barbilla.
—No
cierres los ojos— pidió él.
La
sintió temblar; al tenerla tan inmediata, por vez primera se encontró con otra
mirada, parecía triste: como si fuese a llorar, trató de besarla, pero sus
labios no alcanzaron a asirse. Antes de comenzar a caer infinitamente,
comprendió la mirada.
1 de octubre de 2014
TIEMPO LIBRE
Por
María Gómez
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La dama del tiempo Alejandra Duque-Estrada Ortiz |
Hoy me ocupo del tiempo
más anhelado y volátil de todos. «Prepara papel y lápiz para no perder una sola
de mis recomendaciones. Música, teatro, cine, bares, barrios mágicos, museos…
Pero ¿Cómo? ¿Se me acaba de ir de las manos? ¡Lo tenía aquí mismo pero ha
terminado, las vacaciones se han ido! En agosto es el regreso a clases, qué
triste… veamos ¿qué puentes vienen? Ah, puedo sentirlo… llega septiembre y
luego noviembre… y diciembre: ¡Feliz Navidad y próspero año nuevo! Jo, jo, jo,
jo.
El tiempo libre es muy
volátil, no porque sean pocos los puentes del año ni porque el fin de semana
dure dos días. En mi opinión su volatilidad radica en que lo tenemos en la mira
para matarlo y efectivamente lo hacemos. No me refiero al maestro roñoso que
deja a su alumno sin recreo, ni al jefe desconsiderado que obliga a su empleado
a trabajar tiempo extra. No. Nosotros mismos, nuestro ser transgénico
posmoderno anhela el tiempo libre pero es más fuerte su ansia de aniquilarlo y
lo destruye. Parece mentira, pero quién no ha escuchado «hay que matar el
tiempo», hasta en las hojas de vida se recomienda colocar un «pasatiempo». Es
muy importante tener un arma contra él, se le califica de saludable.
29 de septiembre de 2014
EXTRAÑOS
Por Sofía Mares
![]() |
Paradero 14 Marcos Caamaño |
Al principio de los tiempos no existían los
prejuicios ni los celos ni la codependencia ni la desigualdad social. Tampoco
existían la propiedad privada ni los juicios morales. Es decir, no existía el
pecado. Mujeres y hombres elegían a sus parejas sin importar el color de la
piel; no había pobres y ricos, o nobles y plebeyos. No existían las leyes
porque no era necesario proteger a las mujeres, a los niños, a los ancianos o a
los indígenas. No existían los dinosaurios. Eso realmente es un mito.
Existían desde entonces las flores multicolores, los
árboles sanos y frondosos, los ríos cristalinos habitados por abundantes peces.
Existían los bosques, las praderas y las montañas limpias repletos de animales
felices de pertenecer a una cadena alimenticia justa y equitativa.
27 de septiembre de 2014
HALLAZGO
Por César
Abraham Vega
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Palabras como bombas atómicas sobre civilización obsoleta de silicio J. Paxtor |
Pocos años después de la recolonización de la
tierra, mientras una sonda droniana hacía una expedición de rutina en busca de
cuerpos acuíferos subterráneos, el mando civil poscolonial recibió un reporte
de dicha sonda en el que se detallaba el hallazgo de una serie de estructuras
que con una configuración inusual y constituidas de un material artificial no
reconocido, sobresalían sobre la superficie del terreno en un erial situado a
unos 32.17 klicks de la colonia Aliotheia Ursalina.
Cuando un equipo de humvees droneados se dirigió al
sitio, el personal remoto en base pudo constatar a través de las opticams un
descubrimiento inverosímil que produjo el júbilo y la fascinación de los
expedicionarios; una zona arqueológica en perfectas condiciones se sostenía en
pie y esplendorosa aún, a pesar de los mil doscientos años de radiaciones
razorianas que antes habían devastado la superficie terrestre fulminando
cualquier vestigio de civilización.
25 de septiembre de 2014
ARTE
Por Zaid Carreño
I
Había estrellas de cine, de rock, pintores,
escultores, escritores, prostitutas, bebedores, hombres, mujeres, niños y un
capitán de barco. Esperaban la presentación del cuadro: El Apocalipsis.
![]() |
Sol Olvin Rivera |
Se escuchaban de la obra comentarios positivos.
Alguno lo había visto y mencionaba un punto sobre el lienzo; una mancha de no
más de un centímetro de diámetro dibujada al centro. El tamaño de la pintura
era de 3 x 1 metros. Todo negro, a excepción del minúsculo planeta pintado en blanco.
El mismo Alguno decía que si se veía desde lejos, el cuerpo luminoso desaparecía,
siendo esta una de las posibles intenciones del artista.
Ir caminando hacia atrás y observar cómo el monstruo
negro devora el círculo brillante, logrando aterrar al que mira. Solo es cosa
de tiempo, quien se echa hacia atrás más rápido ve el fin del mundo
apresurarse; El Apocalipsis.
No se recomienda a cualquiera esta interpretación,
la experiencia exige, del que habrá de realizarla, un total equilibrio.
Categoría:Literatura,Narrativa,Olvin Rivera,Relato,Sol,Zaid Carreño
10 de septiembre de 2014
HISTORIAS DE CIGARROS
Por Víctor Alvarado
![]() |
Electric plague Ricardo Rivher |
Hace algunos años, en una tabaquería muy cercana, vivían dos
cigarrillos.
Uno era de finos y rubios tabacos, se decía de aroma y cuerpo
envidiables, tenía filtro; estaba engrandecido por su alquitrán y otros tantos
atributos. Según él, era la envidia del resto, pues se creía el preferido. El
muy pedante y engreído se dejaba encender sólo con flama de combustible
líquido, y no le gustaba mezclarse con cualquiera.
En la cajetilla adyacente, vivía el otro cigarrillo, cuyo hogar era
humilde y frágil; estaba construido apenas de papel arroz. A pesar de ello,
éste cigarrillo poseía grandes cantidades de nicotina, y era tan valiente y
audaz, que le importaba poco dar su vida y arderse con cerillos, o, según
decían, con restos de algún camarada agonizante.
8 de septiembre de 2014
FARSANTE
Por Frank CasPe
Cansancio Edgar Luis Larragaña |
Me
detengo a observar por un instante en un pedazo de papel la imagen que ha
perdurado con el paso del tiempo y trato de encontrar algo que me permita
recordar lo que sucedió después, intento aparecer en los días posteriores, el
viento trae partículas, granos de arena que cubren mi rostro de rasgos de
envejecimiento, me hace falta descansar, ha sido de golpe todo, trato de
acomodar las ideas pero es imposible pensar con dos días enteros sin dormir, en
donde sólo me he detenido a tomar algo de alcohol y café, se me ha ido el
hambre, la fuerza también. Ya me caí una vez en el camino, abrí los ojos
estando en el suelo, como consecuencia traigo parte de mi rostro lastimado, es
de madrugada, en la calle se escucha el canto de los grillos, no vuelvo a
soportar el peso de mi cuerpo, desvanezco.
Sigo
enamorado de las figuras trazadas por capricho de la naturaleza en las hojas de
octubre, esas almas que se desprenden de los árboles para mostrar que un ciclo
se acaba, aún consciente he mantenido la idea de escapar lejos de este lugar y
lo cierto es que sigo sentado donde supuse partí: eterna sensación de abandono,
falta tiempo y valor para pronunciar las palabras adecuadas y despedirme, nadie
ha estado aquí a la espera, mis ojos resisten, nada existe, desde entonces todo
ha sido un engaño, lo que diga y haga es un sueño, aún no termino de
encontrarme.
4 de septiembre de 2014
OSMOLAGNIA
Por César Vega
![]() |
Huéleme Alicia Torres Martínez |
Cuando la vi
entrar por la puerta del vagón no pensé nada, podría decirle que me resultó
indiferente, vacua, ¡sin chiste, vaya! Ni siquiera cuando se sentó frente a mí
noté nada en ella que me cautivara lo suficiente. No me malinterpretes, no es
que no fuera lo suficientemente guapa, es solo que me pareció demasiado…
digamos, convencional; además estaba demasiado cansado, así que ni la pelé,
reposé mi cabeza contra el cristal y dormité. No fue sino hasta que el tren
hubo cerrado sus puertas y el aire dejó de circular cuando realmente me percaté
de cuán presente estaba allí.
Me entró toda
por la nariz, su esencia pura, su ser afantasmado y aromático se regaló a
través del aire de por sí viciado y hediondo de un espacio público encerrado.
Escudriñé con mis ojos de a poco, pero fui más voraz y libertino con el olfato
y me la respiré todita. Y mientras miraba su cabello grasoso y desacomodado,
mis narinas neutralizaban todo aroma que no proviniera de sus tibios cabellos
arremolinados.
31 de agosto de 2014
CONFESIÓN
Por Iván Dompablo
![]() |
Buena cosecha Graciela Mabel Marcos |
A
veces, por más que me esforzaba, no conseguía que tu esencia me inundara el
cuerpo: aspiraba y aspiraba sin éxito; en otras, un movimiento de tu brazo, ese
brazo blanco y suave que escondía bajo un cuenco una fina mata de vellos tan negros
que no parecían ser tuyos porque tu piel era casi traslúcida, liberaba el aroma
fresco de tu desodorante y yo aprovechaba la cercanía, impune, para deleitarme.
Había tanto por saber de ti y tan poco tiempo para conseguirlo que me estaba
volviendo, literalmente, loco. Mi cerebro trataba de apresar cada momento pero
se sabía incapaz de conseguirlo. Otras, en cambio, no necesitaba de ningún
esfuerzo pues la otra que te habita y tiene un color encendido y no
transparente liberaba a la distancia el aroma de tu sudor, ese aroma dulce y un
poco ácido como de ciruelas reventadas, ese aroma que me causaba, apenas lo
percibía, un salivar de anticipado deleite pues me recordaba, me di cuenta
después, el de la fruta color vino que se inflama y abre de madura. Así,
engañados mis sentidos, mi boca buscaba sin encontrar la fuente de su placer…,
o quizá no, quizá quien se engaña es la razón y el instinto sabía lo que
encarnaba aquella esencia.
26 de agosto de 2014
CÓMO DESHACERSE DE LOS CONEJITOS
Por Víctor Alvarado
I.
Preámbulo a las instrucciones [1]
Medio conejo con el hígado embolsado Alias Torlonio |
La
penúltima noche que vi a Julio, hubo contacto, no físico sino contacto tipo
atadura. Igual que sucede cuando andas por ahí nada más pensando en la fuga del
baño cuya gotera te impide a veces conciliar el sueño o si será tinto o blanco
para la cena del viernes y, en cualquier pasillo de cualquier institución, de
pronto sientes el tibio soplo de la mirada en tu nuca, mirada simple, sencilla,
y volteas inquieto; entonces sabes todo de esa persona al verle las pupilas
encendidas, sus ojos animados; en ese infinito y fugaz desahogo, sabe tus mañas
y tú sus mentiras, y él o ella y tú y todos parpadean, y en ese parpadeo se
piensan y recuerdan y olvidan, y al abrir de nuevo sus ojos se despiden
discretamente. Eso pasa siempre y esa noche así ocurrió; aunque también
charlamos un poco y chocamos al final las manos; saludo de cuates. Salimos a
dar un paseo por el patio, alrededor de la fuente seca, donde hace tanto que no
corre agua. Y le pregunté, por qué no habías venido. Por el trabajo, respondió.
Dímelo a mí; no he visto a mamá en temporadas, y encendí los faros del fondo
para no tropezar con los adoquines. Pero al fin regresé; vengo por el encargo
de la última vez. Aquí lo tengo; no sé si será de tu agrado. Yo sí lo sé. Y le
di la hoja. Gracias me la llevo. Y qué hago con los conejos, acaso… Ya lo
sabías; haz lo que puedas; yo lo hice. Pero no lo sé; y ya se avecinan. Tómalos
de las orejas y tíralos por la baranda o échalos a la fuente o no les abras el
portón si acaso tocan o véndelos a un irrisorio precio. Nunca los vi pero sé
cómo son y ya siento miedo. Iguales todos, cómo han de ser, lo único diferente
es el color o pelaje o tamaño o consistencia blanda y áspera. Pero los conozco;
regresarán en grupos o aislados, dispuestos a… Las instrucciones son precisas,
no te confundas. Lo sé de sobra y aún tengo miedo. No hay por qué, ya te
acostumbrarás, con suerte lo superas. Entonces ¿deberé llenar la pileta de la
fuente y echar dos metros más a la barda? Valóralo y en la próxima comentamos.
Para eso no tengo aliento. Uno debe enfrentar y resolver estas cosas solo;
nadie puede hacer algo al respecto. Tú sabes cómo, ayúdame, o de lo contrario…
Lo siento, ya nada se puede hacer; los escucho.
No
hubo próxima; sintió terror; leyó la hoja; se le dibujó una sonrisa nerviosa.
No temas, pasará pronto y de algún modo podrías ser feliz, yo me regreso, y
chocaron las palmas; saludo de cuates. Y se escapó. Y Julio no halló más
remedio que sentarse a esperar a la orilla de la fuente.
13 de julio de 2014
LA BELLA QUEMADA
Por Armando Escandón
![]() |
Puntos de luz Mariela Mónica Montes |
La beldad residía en ella. Mil y un pretendientes la cortejaban,
siempre se vio rodeada de invitaciones a cenar, chocolates y flores. Mas llegó
el día en que se cuestionó: “¿A quién buscan, a mí o a mi belleza?”. Escarnecida
por la duda, decidió rociar su cuerpo con alcohol y encender un fósforo. En
cuestión de segundos su hermosura pasó a formar parte del pasado. La dama de
compañía, alertada por los gritos, llegó en el justo momento para brindarle
auxilio a su ama. Los días cedieron su lugar a los meses y éstos a los años.
Los admiradores desaparecieron, a excepción del número mil uno, quien tarde
tras tarde visitaba a la bella quemada.
6 de julio de 2014
VALE VERGA LA VIDA
Por César Vega
![]() |
La náusea Alias Torlonio |
Valga verga el
corazón que traigo tan mal clavado, que se me cae en los versos cuando son
huracanados, valgan verga mis dedos de los que no brota leche, valga verga el
cerebro que te recuerda imperfecto, valga verga el corazón que siempre te echa
de menos.
Categoría:César Vega,Literatura,Narrativa,Prosa,Vale verga la vida
CALLE ONCE
Por Sofía Mares
![]() | ||
Old city IV Aiman Bitar |
Me gusta caminar por la calle
Once. Es una calle provinciana exiliada en la ciudad, escondida entre comunes calles
urbanas.
Hay abundantes árboles de
mediana altura y diversos verdores; tupidas jardineras con flores multicolores
en las aceras y jardines cuidados con esmero en algunas casas. Los cinco
minutos que transcurren al hacer el breve recorrido por la calle Once son valiosos
minutos que me llenan de regocijo y me permiten empezar la jornada con una
actitud positiva.
Atisbos de un sol cautivo, compañero
inherente de la verdura de maizales provincianos, me señalan el camino que he
de seguir para llegar a mi destino, en medio del embeleso. Es una de esas
sensaciones simples que no es posible compartir con nadie. De esas experiencias
que solo se pueden percibir en solitario.
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