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9 de noviembre de 2014

ANTES


Por César Abraham Vega 


Viejo con habano
Rolando Espinoza Espíndola
—Apá, Apá… levántese ya.
—¿Uhg? ¡Ah! No… no quiero Martha, ¡no quiero!
—Ándele, papá, se nos va a hacer tarde; nada más lo cambio y se va para abajo a desayunar. Mientras yo me baño rapidito y alisto para irnos ya; ya ve que si nos tardamos las fichas se acaban. Ándele, papá, no sea malito levánteseme ya.
—¡Carajo, Martha! Ya deja… deja, yo me cambio solo… ya.
—Pero, papá, se vaya usted a ca…
—¡Qué tu puta madre! ¡No soy un escuincle, Martha, ¡déjame ya! ¡Yo sé vestirme!... ¡Ya métete a bañar! ¡Ya yo me encargo! ¡Chingá!
27 de septiembre de 2014

HALLAZGO


Por César Abraham Vega

Palabras como bombas atómicas sobre civilización obsoleta de silicio
J. Paxtor
Pocos años después de la recolonización de la tierra, mientras una sonda droniana hacía una expedición de rutina en busca de cuerpos acuíferos subterráneos, el mando civil poscolonial recibió un reporte de dicha sonda en el que se detallaba el hallazgo de una serie de estructuras que con una configuración inusual y constituidas de un material artificial no reconocido, sobresalían sobre la superficie del terreno en un erial situado a unos 32.17 klicks de la colonia Aliotheia Ursalina.  

Cuando un equipo de humvees droneados se dirigió al sitio, el personal remoto en base pudo constatar a través de las opticams un descubrimiento inverosímil que produjo el júbilo y la fascinación de los expedicionarios; una zona arqueológica en perfectas condiciones se sostenía en pie y esplendorosa aún, a pesar de los mil doscientos años de radiaciones razorianas que antes habían devastado la superficie terrestre fulminando cualquier vestigio de civilización.
4 de septiembre de 2014

OSMOLAGNIA


Por César Vega 


Huéleme
Alicia Torres Martínez
Cuando la vi entrar por la puerta del vagón no pensé nada, podría decirle que me resultó indiferente, vacua, ¡sin chiste, vaya! Ni siquiera cuando se sentó frente a mí noté nada en ella que me cautivara lo suficiente. No me malinterpretes, no es que no fuera lo suficientemente guapa, es solo que me pareció demasiado… digamos, convencional; además estaba demasiado cansado, así que ni la pelé, reposé mi cabeza contra el cristal y dormité. No fue sino hasta que el tren hubo cerrado sus puertas y el aire dejó de circular cuando realmente me percaté de cuán presente estaba allí.
Me entró toda por la nariz, su esencia pura, su ser afantasmado y aromático se regaló a través del aire de por sí viciado y hediondo de un espacio público encerrado. Escudriñé con mis ojos de a poco, pero fui más voraz y libertino con el olfato y me la respiré todita. Y mientras miraba su cabello grasoso y desacomodado, mis narinas neutralizaban todo aroma que no proviniera de sus tibios cabellos arremolinados.
6 de julio de 2014

VALE VERGA LA VIDA


Por César Vega 


La náusea
Alias Torlonio
Vale verga la vida y el miedo que me estremece, las cosas que se me quitan, las fronteras que ya se acercan, el desencanto de amores y las penas que se cosechan; valen verga mis ojos que ya no lloran como los de antes, vale verga el trabajo y la escuela y las novias y los amigos rapaces, y el infeliz ejercicio, y las larguísimas juergas, y las cortísimas siestas que me roban pocos minutos para jugar con mi perro.
Valga verga el corazón que traigo tan mal clavado, que se me cae en los versos cuando son huracanados, valgan verga mis dedos de los que no brota leche, valga verga el cerebro que te recuerda imperfecto, valga verga el corazón que siempre te echa de menos.
25 de mayo de 2014

EL VICIO


Por César Vega 

"Remolino de fresa"
Lee Price
No sé cómo sucedió, solo lo hice, solo dejé de pensar y lo hice, la probé y me gustó. De ahí en adelante, hasta aquí todo ha sido despeñarse, entregarse al placer de consumirla, exaltarme con su tibieza entrándome en el cuerpo. Rendirme a ello y nada más. ¡Sí, soy un adicto! ¡Qué más da! Ya no voy a mentirte diciendo que voy a dejarla; hace ya mucho tiempo que superé esa fase de muletillas de hipocresía falaz. Ahora estoy en la del cinismo total. Claro, eso no significa que saldré a la calle a divulgarlo a todo el mundo, es muy mi vicio, es muy mi bronca, y en verdad no perjudico a nadie.
En realidad, después de hacerlo, las cosas han sido mucho más sencillas, no quiero decirte que toda la vida lo planee, que me pasaba los días decidiendo si consumirla estaba bien o estaba mal, pero para serte sincero voy a confesarte que creo que todo este asunto ya venía grabado en el lado b de mi cerebro y de antemano.
13 de abril de 2014

LA TESIS


Por César Vega 



Querida Samantha:


Trataré de ser lo más concisa y breve al explicarte todo este asunto; en verdad te lo debo, no solo por los montones de apoyo que me has brindado durante el discurrir de toda esta desilusión, sino también por todo lo que siento hacia ti. Tú has sido un rayo de luz tibia y meridiana en medio de este tinieblar, tú has sido una dulce ánfora que contuvo mi sed.


Después de que leas esto tal vez pienses que estoy desecha, pero quiero aclararte que no es así, simplemente estoy demasiado cansada y eso sí, muy molesta; solo tú sabes todo el espíritu que derroché en este proyecto y, ¿todo para qué? En fin, ya da igual.
Díptico, fragmento derecho.
Carine Brancowitz



Todo el asunto comenzó cuando, como bien sabes, escogí una obra de Pimentel Pernaalegre, Cartografía de un ensueño, como el corpus de mi tesis. Estaba tan fascinada con ese hombre, con su talento, con la belleza de su obra, con su estilo tan propositivo, futurista y revolucionario, que no vacilé ni un instante en pensar que mi tesis sería igual de magnífica y revolucionaria que la lírica de Pimentel.

19 de enero de 2014

EL MALEFICIO


Por César Vega


El fantasma arborece sensible, posado sobre el pábilo de una vela, crece finamente extenuado, genuflexo, rojo y raro, endemoniado como un poseso que se retuerce sobre su tronchada espina dorsal, no sube, no baja, pero crece con una sutil insinuación de espectro, aviva el oxigeno entre sus manos al grado de hacerlo estallar… pero su luz pequeña es apenas un centellar soporífero que se extingue entre toda la oscuridad.
La piel tostada de un rostro se disuelve en el tinieblar, también un vaho muy tenue  fulgura trémulo reflejando la luz suave de la vela. El frío es intenso... lo detesta… su caricia adusta siempre la arrastra a aquel recuerdo de la insidiosa hipotermia que hubo en su carne entera a los siete años de edad; hace más de veinte años ya. Pero esto es bueno… demasiado bueno… se percibe, aunque sea indebido siquiera pensarlo.

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