16 de agosto de 2014
ZAID CARREÑO Y SUS MEMORIAS FALSAS
SEMBLANZA
Zaid
Carreño nació en la Ciudad de México en 1973. Cursó la Licenciatura en Ciencias
y Técnicas de la Comunicación. Ha realizado cursos en el área de Filosofía y
Letras en el Museo del Chopo, la Universidad del Claustro de Sor Juana, el
Museo Británico Americano y el Club de Periodistas de México. Se ha desempeñado
desde el año 2000 como docente, actividad que alternada con otras ocupaciones,
le ha permitido continuar con la producción literaria que inició desde 1992.
Publicó en 2011 la novela Hégira y en
2009 el libro de relatos Crónica de un
extraño, ambos por la editorial Samsara.
MEMORIAS FALSAS
Por Víctor Alvarado
De
manera recurrente, he leído y escuchado decir a algunos escritores y expertos
en crítica literaria, al referirse a las obras propias o a las de los otros
autores, que una vez escrito el poema, el ensayo, el cuento, o cualquier otro
género de la literatura, estos dejan de pertenecer a uno, y se convierten, de
manera automática, en propiedad del otro, es decir, de los lectores.
A
veces, uno amanece siendo dueño del Quijote,
de Cien años de soledad, del Ulises, o de Las Batallas en el desierto, no solo porque hemos pagado por ellos
sino porque una vez empezando la lectura, es uno quien vive aquellos mundos
alternativos, deja de ser espectador y se convierte en personaje. Entonces es
tu libro, porque lo estás viviendo.
Así
pues, dentro del proceso creativo, la etapa última tiene como finalidad, dar a
luz a la obra, al pequeño o pequeña, que se echará al mundo, que se hará
público. Debe el autor desprenderse de esa extensión suya. A ver cómo le va a
ese desdichado; cómo lo va a recibir la familia paterna, o la materna. Qué
dirán de él los amigos, si los rumores aseguran que no tiene madre, o padre.
En
fin, puede reconocerse la autoría de este o de aquel libro, pero a final de
cuentas, el pequeño, valiéndose ya de sus propias artimañas, podría terminar en
los amorosos brazos de sus padres adoptivos; ustedes, los lectores.
Yo
no sé qué tanto de estas y otras aseveraciones afines sean o no verdaderas. Lo
que sí puedo asegurar, al menos desde mi perspectiva, es que si bien, el libro Memorias Falsas fue escrito por Zaid
Carreño, rápidamente ha sido acogido, arrebatado, por sus amigos y familia, por
sus colegas, y por supuesto, por todo aquel lector que ya tiene en sus manos la
obra y que ha comenzado a vivirla. Así es que este nuevo gran pequeño, estas Memorias falsas, ya empezaron a dar sus
primeros pasos.
Esta
obra, ha logrado concentrar lo disperso. En un ejercicio literario contundente,
fluido y claro, de valentía y arrojo, el autor, se desvela, y en efecto, ha
logrado condensar una amalgama de aventuras adolecentes, sí, pero además, de
cuestionamientos concretos acerca de la vida, en toda su complejidad; de
aquellos pensamientos comunes y corrientes que nos invaden, y que a veces, como
seres inquietos y hambrientos de vivencias que somos, nos hacen reflexionar en
algunos momentos claves de nuestra existencia.
Por
supuesto que lograr esta conjunción, esta ejecución creativa, no es tarea
fácil, se requiere trabajo, astucia, dedicación y talento. Horas y horas de
trabajo, para ofrecer, al final, un bello libro. Recordemos que parte de la
formación académica del autor se ha dado en el campo de la filosofía.
Recordemos también que es en el arte de la literatura dónde precisamente la
filosofía encuentra un campo fértil para expandirse, transformarse y luego
darse a los lectores.
Memorias falsas
pone a prueba el alma. Ahí, dentro de sus páginas, el lector encontrará la
añoranza, esa que se vuelve siempre anhelo; el amor, que a veces se nos regresa
como desilusión, y luego, a Dios gracias, como consuelo; la fortuna, que puede
devenir en desgracia; y la experiencia cotidiana, que nos da lecciones de vida.
Sin
dejar de ser un poco o nada falsa, al menos en el título, el autor ha logrado
construir la obra, otorgándose la licencia de transformar su propia memoria
anecdótica, para entregarla, aderezada, con una serie de elementos y recursos
que la hacen en sí misma una pieza única y original; libros, sexo, drogas, y
mucho, pero mucho rocanrol.
Así
es, la médula, el hilo conductor, y parte de la esencia de la obra, se
encuentra concatenada por el amor a la música. Esta soldadura que une las
partes del universo propio de las historias contenidas, logra trascender
exitosamente la propia novela para convertirse en una banda sonora
generacional. El sondtrack de Zaid Carreño, el de Memorias falsas, podría
terminar siendo el de Aldo, el de Daniel, el de Pepe o el de Ana, pero lo más
seguro es que termine siendo también el tuyo. Me atrevo a decir que es una
pequeña guía que contiene los checkpoint’s
indispensables para tener un amplio panorama de aquellos eventos esenciales en
la historia del rock.
Memorias
falsas, para mí, es uno de esos libros especiales que no tan fácilmente pueden
encasillarse en un género literario como la novela, por una sencilla razón, en
él encontramos, además de lo ya mencionado, una poesía profunda y emotiva,
relatos y cuentos geométricamente construidos, crónicas, ensayos, y otros
tantos componentes, que resultan en un producto final listo para una lectura
amena, por mucho divertida y ampliamente recomendable.
ENTREVISTA
Por Iván Dompablo
Cuéntanos un poco de cómo fue tu acercamiento a la literatura; o bien,
¿en qué momento de tu vida y por qué tomas la decisión de escribir literatura?
No hay un momento en específico, creo que son
varios los momentos en que uno se acerca a la literatura como lector y
escritor. La vida muchas veces es sofocante por diversas razones y eso es lo
que te acerca a la literatura. En un principio son las malas experiencias, o la
falta de éstas lo que te hace arrimarte a los libros y al papel en blanco,
notas lo significativo y gratificante que es leer y escribir, y luego ya no lo
sueltas. La literatura es un portal a otras dimensiones, y una herramienta
intelectual y espiritual para enfrentar de buena gana lo que hay del otro lado
de la puerta de tu habitación. Esto que uno encuentra en las palabras que
emergen de las páginas de los libros y de las hojas en los cuadernos, considera
uno trascendental compartirlo. Escribo porque considero que mis ideas le pertenecen
a los demás; se las devuelvo.
¿Cómo transcurre tu proceso creativo?, ¿hay algún tipo de ritual que realices
antes, durante o después de escribir?
No, qué más quisiera, creo que para ello se
necesita tiempo, tiempo que tendría si viviera solo de escribir. Vivo para
escribir, pero no vivo de lo que escribo. O tal vez es falta de disciplina; no
soy nada disciplinado. Entonces escribo cuando tengo tiempo y también cuando no
lo tengo: parado en el camión, en el metro, en mis viajes al trabajo; durante
mis clases mientras los alumnos están leyendo algo; cuando se me ocurre una
idea entre sueños y entonces me despierto y la anoto en un papel. El tiempo en
casa para escribir me lo busco, tal vez si fuera disciplinado tendría unas
horas establecidas al día para ello, pero te digo soy muy indisciplinado.
Siempre hay tiempo, pero en mi caso no para el ritual del antes, en el durante pues
solo acostumbro tomar café y fumar mucho. Al final, siempre con un cigarro,
vuelvo a leer lo que escribí.
Memorias falsas es
tu tercer libro. ¿Podrías contarnos de tus dos libros anteriores?
Crónica de un día extraño es un libro de relatos que escribí en diferentes etapas de mi vida. Hay
relatos que escribí estando en la universidad y otros que desde entonces fueron
llenando mis libretas; hasta el 2009 en que publiqué el libro. Originalmente
iba a llamarse Plan de ajuste, pero
la editorial me sugirió cambiarle el nombre; es el título de un relato que por
cierto quedó fuera de la compilación. Crónica
trata muchos temas y hay en su redacción varios estilos, precisamente por
tratarse de un compendio. En este libro se puede percibir la búsqueda de un
estilo. Hay algunos textos que considero más logrados que otros; fue el
primero.
A Hégira
la estimo mucho; creo que merece mejor suerte. Hay algunas cosas que me
gustaría pulir, pero nada en lo esencial. Es una novela, creo yo, filosófica; profunda.
Me gusta su estructura: como el final como guión cinematográfico o los brincos
que hay de un pronombre personal a otro o el pensamiento de Otero que entra sin
permiso en la historia. Es una obra más complicada, que le exige más al lector,
por el tema y, precisamente, por su estructura.
¿Por qué decides titular a tu más reciente libro Memorias falsas?
El libro es semi-autobiográfico; está basado
en mis memorias, pero nada lo recuerdo con exactitud, creo que nadie puede
hacerlo, bueno, salvo los de memoria eidética. Por otro lado, la memoria
también es tramposa, no por lo que no se recuerda, sino por lo que se recuerda de
más que realmente no ocurrió. La memoria inventa cosas a partir de la emoción
que produjo la experiencia. Por ejemplo, yo pude haber sentido la separación de
mis padres como una muerte, y años después así lo recuerdo; ambos muertos en
sus respectivas tumbas; cuando realmente uno vive en Chicago y otro en
Tombuctú. Por eso el nombre de Memorias falsas.
Y también porque como escritor uno lleva más lejos o más cerca las anécdotas
para que resulten más interesantes; literarias. A veces la vida no lo es tanto.
Hay en Memorias falsas un
constante uso de referencias musicales ¿qué papel cumple la música en tu libro?
La música ha sido para mí muy importante. El rock me ha acompañado desde hace mucho
tiempo y seguirá conmigo hasta el fin. La música es una amante fiel. En Memorias falsas es un personaje más, tan
importante como Álvaro, como la historia misma; las piezas musicales se mueven
a la par de las anécdotas. Estoy muy agradecido con el rock no solo por ser esa compañía fiel, también por servirme de
inspiración. Fueron las canciones las que me inspiraron (inspiraron a Álvaro) a
escribir —Pretextos musicales—, las que me inspiraron para salir adelante de muchas
malas experiencias, y para avivar muchas otras magníficas. Memorias falsas es un homenaje a la música; a toda.
Además de las referencias musicales que hay en Memorias falsas, hay también guiños de poesía ¿cómo se integran los
elementos música-poesía-narrativa en esta obra?
Todas las artes comparten el mismo espíritu.
Álvaro Vélez ama el cine, la música, la literatura, las artes plásticas; el
arte. Álvaro es el receptáculo de esta maravillosa manifestación del hombre, y también
un hacedor; escribe. Los poemas, los relatos, provienen de su espíritu. Es
Álvaro quien integra todos estos elementos. También él comparte el mismo
espíritu que el arte.
¿Deseas agregar algo más?
Solo que estoy seguro que lo vivido por
Álvaro puede mover áreas del cerebro y del corazón del lector, destinadas a
diferentes tareas. Algunos se identificarán con las experiencias de él, otros
reflexionarán al respecto de sus propias vivencias. Algunos cantarán las
canciones, otros las buscarán en internet para escucharlas por primera vez.
Para algunos Memorias falsas será una
mala obra, o solo entretenida, para otros será importante, quizás una tabla de
salvación. Lean Memorias falsas.
Muchas gracias por la entrevista.
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